Por Sebastián Bustamante El viaje de Cristina Fernández de Kirchner a China no logró distraer o apaciguar el malestar general que existe hoy en la población Argentina, sino todo lo contrario. Con la investigación por la muerte del fiscal Nisman con más dudas que certezas, la mandataria viajó hacia esas tierras de Oriente para firmar una serie de acuerdos con empresarios chinos en el Saint Regis. Entre estas empresas se encuentra Gezhouba Group Company Limited (socia de Electroingeniería) ¿Qué es esta empresa? Bueno… nada menos que el holding que llevará a cabo las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner en Santa Cruz, las cuales levantaron una seria polémica en la región, ya que Gezhouba está en relación directa con la familia Ferreyra y por ende con Carlos Zannini, quien es el verdadero responsable de motorizar a nivel nacional la concreción de esas obras. Eduardo Arnold, ex vicegobernador de Kirchner en los ´90, declaró que Zannini fue en su momento compañero de prisión de Ferreyra y que siempre las licitaciones en la región las conseguían ellos, como testaferros del kirchnerismo. Arnold señaló que tampoco es casualidad que los terrenos aledaños donde se van a construir las represas sean de familiares y amigos de Lázaro Baez, la otra gran faceta del negociado con China. Después de estas reuniones, la mandataria se prepara para el "plato principal". Efectivamente, Xi Jinping, Presidente de la República Popular China y Secretario General del Partido Comunista, la espera en el Palacio del Pueblo para terminar de cerrar 20 acuerdos que dieron inicio en julio pasado por un valor total de 4.700 millones de dólares a pagar hasta el 2020. Lo curioso de dichos convenios es que una parte significativa de ese dinero son swap. Es prioritario que sepamos que swap es una sistema de intercambio de moneda entre los dos países y en el caso que Argentina no cumpla, China puede incluso acceder al cobro por medio de la toma de territorio, lo cual es una afrenta inaceptable a nuestra Soberanía Nacional. Para tener un paneo general de qué es lo que el oficialismo pide al régimen chino y qué es lo que éste entrega a cambio, señalemos que los acuerdos son, entre otras cuestiones, por recuperación y mantenimiento del Belgrano Cargas, construcción de represas y fondos para el Banco Central, por soja en primera instancia, pero lo cierto es que existen muchas otras cláusulas y partes secretas de estos convenios que no salen a la luz, lo cual es doblemente sospechoso, más aún cuando estas empresas chinas no van a licitación y las adjudicaciones son de manera directa y por la mera voluntad del gobierno, dejando además de lado a nuestras empresas nacionales. Recordemos que China fue noticia tiempo atrás por estos lares, cuando en conjunto con la logística de Brasil y la intervención directa de Bolivia quería hacer mega represas en la zona de Salta, para lo cual se produjo la usurpación boliviana de territorio argentino en la región del Valle del Silencio, con la complicidad del gobierno kirchnerista y de los grandes medios de comunicación (desinformación). Esto generó distintas protestas en el interior del país, una marcha de repudio frente a la Cancillería en Buenos Aires, así como la denuncia en sede penal presentada por el Líder del Nacionalismo Argentino, Alejandro Carlos Biondini, contra CFK, Timerman, Urtubey y otros funcionarios por el delito de Traición a la Patria. Lo concreto es que China sigue avanzando sobre nuestro territorio por explotaciones mineras, la toma de nacientes de agua dulce y la instalación gradual de bases militares, emprendimientos que se irán disfrazando bajo ropajes tecnológicos y presentando como proyectos "beneficiosos" para la Argentina. Recordemos, asimismo, que en el diario Infobae del 2 de abril de 2014 salió un articulo en donde La Unión Industrial Argentina (UIA), en la misma dirección de lo que mencionábamos antes, decía que los acuerdos entre Argentina y China no eran claros, excluían a las empresas nacionales y privilegiaban la mano de obra extranjera proveniente de Beijing. Según diversas fuentes, se espera que en los próximos años ingresen al país por lo menos un millón de chinos, con la excusa de trabajar en las construcciones mencionadas, lo cual no sólo afectará rubros vitales de nuestra economía como el empleo y la construcción, sino que tendrá todas las características de una dramática y consentida invasión demográfica y geopolítica, tal como China ha venido haciendo en distintas regiones de África, en las cuales instauró el más crudo y cruel colonialismo. Despertemos, antes que sea demasiado tarde... Fuente: Agencia de Noticias Libre Opinión http://www.libreopinion.com |